Actualmente se está viviendo una revolución biológica en la agricultura que se basa, principalmente, en el uso de los bioinsumos como una alternativa a los agroquímicos.
Los bioinsumos son fundamentales para los sistemas agrícolas sostenibles, ya que permiten proteger a los cultivos del estrés biótico, ocasionado por plagas y enfermedades, y también abiótico asociado a las condiciones adversas del medio ambiente. Es relevante destacar que no producen las externalidades negativas que sí generan los agroquímicos, como la contaminación del ambiente y el peligro para la salud de las personas. Además, son estratégicos en un escenario de cambio climático, principalmente aquellos de origen microbiano, al propiciar que las plantas se adapten más rápido a las condiciones cambiantes.
Los bioinsumos de origen microbiano contribuyen a los “suelos vivos”, ya que pueden aumentar la biodiversidad y la materia orgánica del suelo, además de prestar múltiples servicios ecosistémicos. Por otro lado, el mercado mundial de los bioinsumos para la agricultura está creciendo a tasas muy altas que, en general, se proyectan entre 15 a 18 % anual (bioplaguicidas y bioestimulantes). En Chile, este crecimiento obedece en particular a las exigencias de los mercados de exportación, donde Europa tiene metas muy exigentes para disminuir el uso de los agroquímicos para el 2030. A ello se suma la crisis de los fertilizantes asociada al conflicto entre Ucrania y Rusia y, por último, a las mayores exigencias en términos de inocuidad por parte de los consumidores.
El compromiso del INIA hacia el desarrollo de la industria de los bioinsumos
Dado lo anterior, en 2023 el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) inauguró el Centro Nacional de Bioinsumos (CeNBI), con el objetivo de acelerar la puesta en el mercado de soluciones basadas en la naturaleza e I+D, y aumentar la oferta de bioinsumos, principalmente de origen microbiano, que es donde INIA posee gran experiencia (Figura 2). Además, el CeNBI busca promover su uso con un programa de capacitación orientado a agricultores y extensionistas, de forma de acelerar la transición hacia una agricultura sostenible.

Una de las primeras tecnologías incubadas en este centro fue Endomix®. Se trata de una línea de bioestimulantes sobre la base de hongos endófitos nativos, con múltiples beneficios para los cultivos y ventajas comparativas con respecto a los bioestimulantes microbianos no endófitos. Para fines de 2024 esta tecnología ya había generado dos licencias (una nacional y otra internacional) y gestionaba una tercera con una empresa productora y comercializadora de bioinsumos para Latinoamérica. Lo anterior, posiciona a INIA a la vanguardia en el desarrollo de bioinsumos de clase mundial. Cabe mencionar que Chile es uno de los países que lidera el desarrollo de bioinsumos a nivel comercial en LATAM junto con Brasil y Colombia. En la región hay varias empresas que realizan I+D+i, generando productos de alta calidad en biofábricas, con adecuado equipamiento y estándares de calidad para esta labor.
Los avances alcanzados por el CeNBI en tecnologías basadas en microorganismos benéficos nativos, tienen origen en el trabajo de valorización de los recursos genéticos microbianos, pertenecientes a la Colección Chilena de Recursos Genéticos Microbianos (CChRGM). Esta conserva más de 5 mil accesiones de microorganismos, en donde más del 60 % tiene aplicación en agricultura (biocontroladores, bioestimulantes, biodegradadores y bioremediadores). Los microorganismos son identificados, caracterizados y conservados a largo plazo, por lo que constituyen una fuente de recursos para la generación de nuevos bioinsumos.
Control de calidad en bioinsumos
En la producción de bioinsumos es indispensable realizar estrictos controles de calidad, que van desde la producción del inóculo microbiano (parte inicial en la producción comercial de bioinsumos) hasta la evaluación de eficacia a nivel de campo.
El control de calidad hace referencia al conjunto de actividades destinadas a garantizar la producción uniforme de lotes de productos terminados que cumplan con parámetros de identidad, viabilidad, pureza y actividad biológica.
Considerando la experiencia en el manejo de germoplasma microbiano y en el escalamiento comercial de bioinsumos de INIA, el Banco de Recursos Genéticos Microbianos (BRGM) implementó el Laboratorio de Bioprocesos (LBP) y, con él, una oferta de servicios para verificar la calidad de los bioinsumos microbianos (bacterias y hongos). La oferta considera el conteo de propágulos y la viabilidad y pureza del producto (Figura 3).

Uno de los servicios más demandados corresponde al análisis de Unidades Formadoras de Colonia (UFC) que permite a los agricultores confirmar el contenido de propágulos de los productos comerciales, ya sea por volumen (mL) o masa (g). Todas las técnicas implementadas cuentan con estándares de calidad que garantizan los resultados obtenidos.
Autora: Lorena Barra Bucarei, Centro Nacional de Bioinsumos, investigadora INIA (ella perteneció a INIA hasta diciembre 2024)