El actual presidente de FEDECARNE abordó lo que ha sido la preocupación constante de los últimos años como es la disminución de la masa ganadera nacional. Y, a su vez, planteó que en su gestión espera reunir al 100% de las asociaciones de productores del país.
En el marco del Seminario organizado por Revista Campo&Tecnología, el presidente de la Federación Nacional de Productores Bovinos (FEDECARNE) destacó el crucial rol jugado por la organización en la protección y promoción de la producción nacional de carne vacuno, subrayando que en la actualidad agrupa al 90% de los gremios más importantes del país, extendiéndose desde la región de Valparaíso hasta la de Aysén. Sin embargo, el principal desafío de la entidad es integrar a todos los organismos existentes para lograr una representación completa de la masa ganadera en Chile.
Y es por eso que no dudó en comenzar señalando que uno de los grandes desafíos de FEDECARNE es recuperar la masa ganadera que el país tenía en el pasado. “Este ha sido un objetivo prioritario para los diferentes líderes de la Federación,” explicó. “Sin embargo, no ha sido sencillo debido a la falta de políticas públicas que apoyen la sostenibilidad de nuestra masa ganadera. Queremos revertir esta situación, reconociendo la importancia de la ganadería no solo para la seguridad alimentaria, sino también para los sectores rurales.”
Profundizando en el tema, el dirigente comentó que, de acuerdo a cifras del último censo agropecuario en nuestro país, éste arrojó una disminución del 30%, cifra que si bien no está validada, indica una realidad innegable en nuestro país, lo cual genera un impacto directo en la rentabilidad del negocio.
“A pesar de esto ha habido una mejora genética significativa desde el punto de vista de la producción carnicera, gracias a una incidencia importante de la raza Angus debido a diferentes factores, entre ellos la inseminación de muchos planteles y el poder del hibridaje con otras razas, lo que ha generado una mejora sustancial en la calidad de la carne. Hasta hace algunos años en nuestro país siempre se comentaba el valor que tenía la carne argentina. Hoy, con mucho orgullo podemos decir que la producción nacional no tiene nada que envidiarle a la producción de ese país”, comentó.
En su análisis – agregó – que esto tiene que ver mucho con el trabajo realizado por los propios productores y con la retribución que ha generado en los sistemas productivos. “Al haber una mejor genética, la rentabilidad para los productores también ha mejorado y eso lo ha ido asimilando el primer eslabón productivo”, dijo.
Besoain destacó también el trabajo que se ha realizado con medianos y pequeños productores, porque en ellos se encuentra casi el 50% de las existencias ganaderas del país y mantenerlo resulta esencial para el fortalecimiento de la cadena productiva.
En su análisis recordó que se han implementado diferentes fórmulas a partir de la participación del Estado, pero recalcó que el sector privado también debe estar involucrado a través de iniciativas como son las cooperativas. “Éstas tiene una relevancia importante a la hora de comercializar la producción cuando vemos que los productores tienen una baja masa ganadera. Sin duda que los modelos asociativos van a ayudar para que esos productores puedan mantenerse en la subsistencia y mejorar la rentabilidad dentro del negocio“, recalcó.
Dentro de la realidad productiva nacional, el dirigente y empresario ganadero recordó la incidencia que tiene la lechería en el subsector carne. “Al no tener separada ambas existencias ganaderas porque la base de nuestra ganadería es doble propósito, por ende no podemos dejar de lado lo que significa la producción de los machos de lecherías, los cuales también tenemos que trabajar para incentivar que su comercialización tenga atractivo y valor dentro de la cadena”, señaló.
Así mismo, enfatizó en una característica que tiene la producción nacional como es la alimentación a pradera, la cual se constituye como una ventaja comparativa, en especial, en la manera en que hoy se ve a la ganadería a nivel global y su relación en la generación de los llamados gases de efecto invernadero (GEI), donde Chile gracias a su balance de carbono, está muy cercano a la neutralidad de carbono. “Desde este punto de vista tenemos una ventaja comparativa tremenda con otros sistemas productivos. Más del 90% de nuestra masa ganadera pasa a lo menos tres cuartos de su vida en pastoreo, lo que tiene un valor”, dijo.
Por lo mismo, planteó la inquietud de reforzar y trabajar este aspecto como una Marca País. “Esta debiera ser una política no sólo de los productores, sino también del sector público, fortaleciendo un sello de sustentabilidad que no es menor”, subrayó.
Besoain destacó también la visión respecto al comportamiento actual que tiene el mercado respecto al consumo de carne. “Los consumidores hoy día están mucho más empoderados, incluido todo lo concerniente a la industria cárnica, donde se ha ido valorizando e incluso está dispuesto a pagar un poco más por un producto de mejor calidad. Tal vez si quisiéramos hacer un parangón con lo sucedido en la industria del vino, cuando hace 40 años atrás hablábamos de vino tinto o blanco, hoy nos estamos refiriendo a cepas o hablamos incluso de ensamblajes. Pues bien, hoy en la industria de la carne está pasando algo parecido, donde conceptos de tipo de corte o coberturas de grasa se han ido posicionando cada vez más entre los consumidores”, dijo.
A su vez, ésta mayor valoración se observa también en las distintas marcas que copan el mercado nacional desde hace 10 años y que permiten diferenciarse con las carnes importadas. “Este boom con marcas nacionales generan un efecto positivo cuando se trata de productos homogéneos y de calidad a lo largo del tiempo. Y una buena alternativa para ir quitando los puntos a los volúmenes de carne importada y que se traduce en un crecimiento importante para nuestra producción nacional”, comentó.
Por último, junto con destacar que muchos de los indicadores dan cuenta del difícil momento que está atravesando la ganadería en el país, con una curva de precios plana, altos volúmenes de importaciones de carne, prefiere generar una mirada positiva en cuanto a que el mercado nacional siga apreciando la carne nacional y a un precio superior a las carnes provenientes de otros mercados.